Síntoma y Psicoterapia en Parejas Transculturales
El fenómeno de las parejas trasculturales o mixtas constituye una nueva realidad en la España actual de la inmigración, donde está emergiendo una nueva sociedad multicultural. 14.000 matrimonios trasculturales registrados en 2003 así lo atestiguan, representado aproximadamente el 10% de las uniones legales por año. No existen cifras oficiales aún del 2004, las cuales definitivamente han ido en aumento. Aquellas no incluyen las parejas mixtas o trasculturales de hecho pero se estima que su número es ampliamente superior al de los matrimonios trasculturales registrados. Estos datos tienen que ver con los cálculos sobre migración y la necesidad de flujos migratorios hacia España realizada por la Administración.
Aunque no podemos incluir en este apartado los llamados matrimonios de conveniencia para la obtención de estatus legal, esta variante que se presenta no es nada infrecuente en la complejidad trascultural, originando a su vez una mayor complejidad a la problemática trascultural en este tipo de uniones. (Uniones frecuentes no por amor, entre españoles/as y población caribeña).
La frecuencia de consultas solicitadas en Psicoterapia por parejas trasculturales o mixtas ha aumentado considerablemente, pudiéndose estimar que ascienden ya al 25% del total de casos asistidos en Terapia de Pareja, lo cual obliga al psicoterapeuta a extender su mirada ecosistémica y trascultural a la hora de evaluar, analizar e intervenir y no reducirse al microcosmos relacional, comunicacional o sexual de la pareja. (Referencia de ITAD periodo 1999-2005).
La elección actual de parejas trasculturales o mixtas en Europa y en España en particular, puede obedecer a un conjunto de factores entre los que se destacan:
– El fenómeno de la migración como consecuencia de la globalización económica, la cual origina pobreza, hambre, y falta de posibilidades de trabajo o de proyectos. Ej. de ello es la migración Sur –Norte y Este – Oeste.
– El fenómeno de la migración que se convierte en refugio político como consecuencia de la persecución ideológica, política o religiosa.
– El fenómeno de la migración por desplazados por guerras o catastrofes.
– La globalización de las comunicaciones, de los trabajos, de los estudios y por lo tanto aumento de la posibilidad de contratos e intercambios laborales, culturales y académicos, que facilita la trasculturalidad o mestizaje.
– Los viajes por aventura, turismo o curiosidad
– La nueva concepción de uniones de pareja vinculadas por el amor, como expresión de libertad y no como un condicionante que impone la comunidad de origen.
El presente trabajo está basado en el estudio de 50 casos atendidos en nuestro Instituto, dentro de un Programa de Investigación y tratamiento sobre Psicoterapia Trascultural. Tiene por objetivo estudiar los siguientes aspectos:
1. Características particulares de las parejas trasculturales
2. Clasificación de parejas trasculturales
3. Factores que pueden predisponer a la elección de la pareja trascultural o mixta
4. Factores de protección y síntomas de vulnerabilidad en las parejas trasculturales
5. Problemas frecuentes de consulta y síntoma en la Psicoterapia Trascultural de las Parejas
6. Enfoque psicoterapéuticos en parejas trasculturales
Características particulares de las parejas trasculturales Podemos decir que una pareja trascultural o mixta es aquella en la que existen diferencias culturales significativas entre sus miembros (nación, religión, etnia o lengua diferente). Estas diferencias se consideran relevantes en temas de inmigración e integración. Esta definición es insuficiente si no abordamos otros constructos culturales significativamente diferentes para uno o ambos miembros, por ejemplo; diferencias sociales o económicas (rico o pobre), diferencias socio-educativas (licenciado universitario o sin estudios), diferencias de ideología o pertenencia política, incluso dentro de la misma comunidad o país, diferencia de ideas y prácticas sobre el género (machista o feminista) o simplemente diferencias sobre su sentir nacional dentro del mismo territorio (ej. vasco nacionalista, vasco no nacionalista, español sin reconocimiento de las distintas nacionalidades en el territorio, etc.) Esta forma contextual – cultural diversa de ver estos constructos de cada uno en la pareja nos sirve a los terapeutas como plataforma para estudiar y entender como influyen éstos en la organización y en la vida diaria de la pareja. Obviamente esta mirada nos aleja de un pensamiento monocausal, monocultural de los motivos de encuentro o conflicto de la pareja trascultural y también nos traslada a un tipo de intervención que incluye los distintos factores que puedan estar actuando sobre las relaciones de pareja. Esto nos exige previamente definir el concepto de cultura como aspecto central a fin de determinar si realmente estamos en presencia de una pareja trascultural o mixta. Parafraseando a Clifflord Gertz, Celia Falicov y el que suscribe, Eduardo Brik, quien ha agregado varios apartados en los constructos culturales, definimos CULTURA como el “conjunto de conductas adaptativas y formas de ver el mundo compartidas, las cuales provienen de ser miembro simultaneo de distintos contextos: 1. escenario ecológico (rural, suburbano y urbano) Obviamente no están recogidos todos los constructos culturales que pueden intervenir en una pareja y más particularmente en una pareja trascultural, pero sí, estos referentes enunciados son una amplia base de análisis, comprensión e integración a la hora de hacer psicoterapia. |
Cuando tratamos un matrimonio trascultural o mixto debemos abordar la significación que los constructos culturales tienen para cada uno, y como ello juega en la organización y vida de la pareja. Acorde a la definición de cultura enunciada, parte de mi contribución a este trabajo es plantear a los psicoterapeutas que las parejas trasculturales o mixtas no solamente están remitidas a cuando existe una nación, religión o etnia diferente, que es donde aparentemente más se vislumbra los constructos significativamente diferentes, si no que el espectro de trasculturalidad pueda abordar o abarcar el conjunto de otros aspectos que van a tener significación tanto en el individuo como en la vida cotidiana de la pareja trascultural. Las parejas trasculturales son un desafío a las ideas conservadoras de la endogamia nacional, étnica, religiosa y lingüística y un reflejo de las consecuencias en que se está llevando a cabo la globalización. La modernidad trajo consigo que cada individuo actuara en un modo más abierto, más complejo, pero también más contradictorio. Las nuevas normas y expectativas han producido una erosión de los vínculos tradicionales. Muchos esfuerzos se necesitan para poder moverse en dicho mundo, crear una identidad minimamente estable y sentirse emocionalmente bien con la pareja. Las parejas constituyen una instancia central para cada individuo, para la construcción social de su realidad exterior y un lugar importante para su realidad interior. Es la entidad más frágil por su reducido tamaño y debido a que, los valores e influencias de la familia de origen, la familia extensa, el parentesco, el clan o la comunidad, tienen para gran parte de ellos escasa relevancia hoy. El carácter monogámico del matrimonio, potencia aún más la debilidad y fragilidad de esta empresa. El éxito o fracaso dependerá de la idiosincrasia de las dos personas y del desarrollo futuro de las mismas en distintos ámbitos, lo cual es difícilmente predecible. Todo dependerá de los esfuerzos permanentes y creativos para pasar satisfactoriamente del periodo de enamoramiento a un periodo de amor maduro. La mayoría de las parejas trasculturales asistidas en el Centro ITAD, presentaban algunas características comunes en esta cuestión: a) En un comienzo sentían una gran empatía por el distinto. Entendimiento, comprensión y acercamiento hacia su pareja. El problema de la identidad en la pareja trascultural se ha convertido en un tema básico de la pareja. Quienes somos, que hacemos, hacia donde vamos, si somos o seremos reconocidos socialmente, son interrogantes habituales en estas parejas. Si bien en la actualidad toda pareja quiere ser individuo y también pareja, en las parejas trasculturales esta cuestión es mucho más relevante, lo que constituye un tema cotidiano en las mismas. Hasta hace unas décadas la idea de pareja era equivalente a constituir una familia: pareja = matrimonio, paternidad y sexualidad. No había posibilidad de modificación de este constructo. Los roles y funciones establecidos estaban fijados por el contexto social, acentuando las diferencias de género. No se cuestionaban los roles: el hombre traía el dinero a casa, la mujer realizaba labores domésticas y se ocupaba de la crianza y nutrición de los hijos. La identidad de la pareja actual ha variado todos estos aspectos anteriormente citados. Es una identidad en continuo cambio y no precisamente estática como la de antes, se multiplica la necesidad de decisiones y obligaciones rápidas, una amplia movilidad, una gran disponibilidad al servicio de las pretensiones profesionales o económicas, dictadas por las estructuras o formas de cómo están organizados los trabajos, lo que en general está sometido a las leyes del mercado. Las necesidades de movilidad, flexibilidad, competencia y carrera profesional, no toma en consideración relaciones de pareja ni vínculos sociales, hecho que acompleja el devenir de las parejas trasculturales. Si no se siguen estas leyes, uno se arriesga a perder su trabajo, sus ingresos y su categoría social, el que las acepta se arriesga a perder la pareja, el matrimonio o la familia. En las parejas trasculturales de España y de Europa en general, la identidad de la pareja y su relación está condicionada por la variación que se ha producido en los siguientes aspectos: – las relaciones amorosas están separadas de la idea de matrimonio |
Confianza, amor, cariño, sexualidad satisfactoria y paternidad no son suficientes como elementos esenciales si se ignoran aspectos significativos que se influyen mutuamente en la vida de pareja, como: posibilidad o trabajo para uno o ambos; desigualdad cultural ante la sociedad; diferencia de derechos en relación al status legal; fenómenos inherentes a la migración (duelo, integración, disociación y entidades biculturales, etc.); junto a factores económicos, sociales o políticos que condicionan la misma. La pareja trascultural deberá construir su propio discurso, su propio mundo, lo que les requiere un compromiso mayor. Sin familia extensa o familia de origen próxima en uno de los miembros o en ambos, la pareja que se une ante un juez o ante unos amigos son más frágiles que antes. En los matrimonios trasculturales, lo extraño del diálogo es que muchas veces este se basa en que tienen experiencias culturales diferentes, no tienen un pasado común y el discurso de cada uno ha sido construido en sectores sociales que no coinciden. Otro fenómeno que agrega complejidad a la pareja trascultural o mixta es la necesidad de desarrollo de un yo biográfico, no solo de la pareja sino de cada uno de sus miembros. Antes este último era patrimonio solo del hombre, lo cual le daba un poder hegemónico. . ¿Dónde vamos a vivir, en tú país o en el mío? Estas y otras preguntas son muy frecuentes en las parejas mixtas o Transculturales. ¿Qué aspectos particulares tienen las parejas biculturales? La elección de la pareja bicultural o transcultural depende simplemente de la unión de las dos personas y no de poderes ajenos a ellos. El ideal romántico en esta relación, constituye a la vez, su oportunidad y su problema. Las oportunidades pueden resumirse así: si todo va bien es posible que se mantenga algo de la valentía inicial, del optimismo experimental y entonces los matrimonios biculturales resultan vivos e interesantes. Si los problemas de comunicación intercultural se integran en las familias de origen se promoverá la solidaridad con la pareja y se creará un horizonte social más amplio. Los matrimonios trasculturales van a depender únicamente del acuerdo entre las dos personas. Los momentos iniciales del enamoramiento evocan sentimientos de un intenso y duradero presente, en el cual el pasado y el futuro son irrelevantes. En las parejas trasculturales cuando el hombre y la mujer no comparten un conjunto de conceptos básicos sobre sus memorias colectivas, los más mínimos aspectos de autoexpresión se convierten en declaraciones de la propia historia cultural, se quiera o no. Un factor potencial de riesgo de estas parejas es que su conservación ya no depende ni encuentra apoyo externo que tenga el estatus de obligatoriedad para los dos. Otro factor de riesgo es que si sólo se habla de todo lo que se tiene en común y se evita hablar de las diferencias culturales que puedan traer conflicto, estos se producirán posteriormente, poniéndose de manifiesto las profundas diferencias arraigadas en la historia vital de cada uno. Para un adecuado funcionamiento de los matrimonios trasculturales obviamente deberá haber un reconocimiento y un respeto hacia el otro, un reconocimiento de la otredad y un intento intercultural de incorporar algunos aspectos de la cultura del otro. No es suficiente leer un libro, conocer la gente, el idioma, país o religión del otro, pero si es una aproximación a la interioridad del otro. Las parejas que más perduran son las que tienen un diálogo continuo semanal sobre su funcionamiento en una clave de sinceridad y apertura. En este intercambio permanente, nos vamos completando con el otro.
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