Adicciones y personajes públicos: Amy Whinehouse

por | Ago 24, 2015 | Adicciones | 0 Comentarios

Buenos días, bienvenidos a este post y hoy quisiera compartir con ustedes comentarios y reflexiones sobre el film “Amy” que conecta el problema de las adicciones con la dependencia emocional, los trastornos de personalidad y los trastornos de alimentación. Me parece que es un film excelente dado que plasma la vida emocional, artística y familiar de Amy hasta su trágico desenlace. En principio quería destacar el déficit del apego; el apego como todos sabemos es clave en nuestro desarrollo neuroemocional; si tenemos un apego seguro en la infancia hasta los tres años, vamos a tener unas bases psicológicas sólidas de evolución positiva y segura, pudiendo así desarrollar mejor nuestras capacidades resilientes. Como sabemos, el apego lo generamos en el apoyo y en la conexión que existen con las figuras parentales tanto madre como padre o las figuras sustitutivas en caso que aquellos fallen, pero si falla todo tipo de apego seguro, el problema que se presenta es más complejo, entonces es probable que tengamos una marca neuroemocional que nos va a afectar profundamente en nuestras relaciones, emociones y comportamiento. Dicho esto, quiero transmitirles que en el film aparece nítidamente un padre que ha estado ausente, que desde que ella nace hasta que sus padres se separan (cuando Amy tiene 9 años). La separación de sus padres ha estado precedida porque éste mantiene una relación paralela y, luego finalmente se separa. Amy busca al padre que abandona la familia, pero al no encontrarlo, acusa las consecuencias de dicha carencia emocional de forma significativa en su vida, buscando figuras sustitutivas. Las nuevas pertenencias o figuras son las drogas, relaciones tóxicas con personas nada beneficiosas y empiezan a incurrir en un perfil de personalidad dependiente emocional que significa una dependencia tóxica a la persona especialmente parejas amorosas de las cuales no se puede sustraer. Más tarde Amy se casa con una persona que tiene rasgos claramente psicopáticos y narcisistas y que, en definitiva, le va a torturar aún más la vida y le va a acentuar (en una aparente luna de miel) que los huecos afectivos que ella creía que iban a estar cubiertos, en realidad, no lo están porque la relación de pareja es extrema dependencia que es lo que pasa en la mayoría de estos casos con un binomio dependiente emocional – personalidad narcisista o psicopática. Cuando ella se separa, sufre una hecatombe afectiva, intensifica su adicción, se alcoholiza y se profundiza también el abuso y la dependencia con otras drogas, esperando Amy que él vuelva. Cuando él retorna, ella lo recibe sin ningún cuestionamiento por lo sucedido y esto es un indicador claro de su trastorno psicológico de personalidad y de su adicción. Me parece llamativo las necesidades básicas de apego y de afecto que tiene Amy, encontrándolas sólo en el mundo de las drogas, sus pertenencias, su identidad ensalzada hasta el Olimpo por todos los medios de comunicación y el mundo de la música en particular, debido a su voz prodigiosa y su fama alcanzada en tan poco tiempo que no llega a ser patrimonio sólo de Inglaterra (su país natal) sino que se convierte en embajadora de la música a nivel mundial admirada y venerada en todo el planeta. Esto lleva tristemente a que este pseudomundo de pertenencias tóxicas vaya degradando su organismo deteriorándola y precipitando el final desenlace. Lo interesante es también tener presente que los medios de comunicación y el entorno que la rodeaba es probable que no hayan jugado y, por lo que muestra la película, jugado en forma decisiva para decir si interrumpe su vida artística porque está en peligro su vida y hay que tratarla. Lo que aparece en el film es que entra y sale de las clínicas pero no hace tratamientos prolongados y el entorno no está firme; prima los intereses económicos, prima los intereses empresariales por sobre la vida de ella sobre la adicción.

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